En algunas personas, los hábitos alimentarios malos mantenidos durante muchos años, han dañado los procesos naturales del aparato digestivo de tal manera, que sufren de muchas molestias que la medicina tradicional intenta curar con medicamentos no libres de efectos secundarios no deseados.
Los problemas de acidez, reflujo, dolores abdominales, malas digestiones, aires, eructos, problemas biliares, etc. no son una enfermedad que se pueda solucionar tomando a por vida medicamentos. Al contrario, son la manera que tiene nuestro cuerpo de avisarnos de una enfermedad que tiene causas y nos está pidiendo darnos cuenta, rectificar y hacernos responsables de nuestra propia salud.
Todo nuestro sistema digestivo es una obra de arte de la naturaleza. En el ocurren tanto procesos milagrosos a la vez, que hasta el día de hoy, ni siquiera podemos entenderlos todos. Por ejemplo, hace solamente pocos años, qué los científicos están descubriendo la importancia en nuestra salud física y mental de nuestra microbiota. En nuestro intestino hay una población inmensa de bichitos, bacterias, hongos y virus. Todos ellos se alimentan de los que nosotros comemos y por lo tanto de lo que comemos depende la composición y cantidad de estos organismos. Muchos de ellos viven dentro de nosotros en perfecta simbiosis, aportándonos vitaminas, encimas y otras sustancias vitales. También nos protegen de patógenos exteriores y mantienen nuestro cerebro en buen funcionamiento.
Si alimentamos malamente a estas poblaciones, el resultado es que en vez de proteger y procrear los microorganismos buenos, estamos nutriendo a otros no tan favorables, que nos hacen enfermar física- y mentalmente.
La población que ahora mismo habita en tí es el resultado de lo que has comido en los últimos dos meses.
Esta última frase es muy importante, porque significa que cambiando tus hábitos de alimentación, en tan solo dos meses, habrá cambiado tu microbiota y con ello todos tus problemas de acidez, mala digestión, estreñimiento, diarreas, etc. desaparecerán. Sin medicamentos, sin suplementos. Solo con la alimentación.
Si después de dos meses de cambio radical en tu alimentación sigues teniendo problemas digestivos, no significa que tu microbiota no haya mejorado, sino que tu sensibilidad digestiva viene causada por un estrés emocional que debes solucionar.
¿Cómo es esta alimentación que necesito para sanear mi sistema digestivo?
A parte de seguir todos los consejos de Alimentación Viva, las personas con un aparato digestivo sensible deben de añadir algunas medidas adicionales y durante al menos dos meses:
- Nunca cocinar vegetales junto con la grasas. El aceite o mantequilla siempre debe ser añadido después de la cocción y directamente al plato. Esto hace una diferencia enorme en la digestión y en la mayoría de los casos, pocos días después de haber adaptado las recetas de cocina a esta simple medida, muchos de los problemas digestivos desaparecen inmediatamente.
- Comer cada día un mínimo del 50% de lo que pones en tu plato de manera cruda. Esto es muy importante, porque solamente los alimentos crudos alimentarán a nuestros bichitos deseados aportándoles los fermentos necesarios para vivir. Cuanto más cantidad de crudo comes, más rápidamente sentirás el efecto. Es muy importante, siempre picar las verduras crudas lo más pequeñas posibles, masticar bien, comer siempre lo crudo antes de lo cocinado y no añadir azucares refinados.
- Durante los dos meses, si las primeras dos medidas no te han ayudado a mejorar tus problemas digestivos, y quizás al contrario, tienes aún mayor malestar, entonces el problema son los azúcares refinados. Esto son todos los «azúcares que vienen en un paquete, pasado por una fábrica», bebidas azucaradas, zumos, fruta hervida, conservas de fruta y fruta seca (esta última porque la deshidratan utilizando azúcares).